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Sandra del Pilar y su esposo están presos por robar un pollo asado. De hecho, cumplen una condena de casi 14 años por este delito. Robaron en medio de una desesperación: su hijo se desmayó por hambre. “Me llaman del colegio del niño a decirme que se había desmayado, y yo sé que él se desmayó por hambre”, contó Sandra. Él y su familia pasaban por una difícil situación económica, que reducía los gastos alimenticios, detalla el diario El Tiempo. Los pocos ingresos económicos venían de la venta de empanadas en el barrio Mazurén, al norte de Bogotá, Colombia.
Fue en uno de esos días cuando su hijo se desplomó en clases y decidieron robar comida. La desesperación de Sandra y su esposo los condujo a un local de venta de pollos. No lo pensaron dos veces y sacaron el alimento del mostrador. Pero un vigilante los observó y los puso en resguardo hasta que llegó la policía. La pareja fue a la cárcel por poco tiempo. Al terminar los trámites, salieron libres. Entonces, decidieron empezar de nuevo. Emprendieron con un negocio de comida. Durante algunos meses, la cosa marchó bien. La venta de desayunos y almuerzos arregló la situación económica. Ya no pasaban hambre. Incluso, la fama era tanta que hasta armaban fiestas de 15 años. Sin embargo, un día hubo un altercado con terceros. La policía les pidió su colaboración en el caso. Pero al entregar sus documentaciones, recibieron la peor de las noticias.
“El agente me dice: ‘Doña Sandra, permítame la cédula’, después de verla me comenta ‘póngase un saco, unos zapatos, porque nos vamos'”, recordó la mujer. Los esposos tenían un requerimiento judicial por el robo del pollo. El cumplimiento de la medida es de casi 14 años. Ambos fueron enviados a prisión por el delito de utilización de menores para cometer un hurto. De ese día han pasado cuatro años. Sandra imparte clases en el reclusorio El Buen Pastor. Quiere reducir su condena bajo el alegato de buena conducta. Su esposo, por su parte, presenta problemas de salud
